Cuando no somos
conscientes de nuestra incompetencia
Hoy vamos a hablar del efecto Dunning-Kruger, o por qué las personas incompetentes se creen que saben un montón.
En unas de mis clases, uno de Uds. me pregunto: ¿y qué pasa con esas personas que se creen que saben un montón, pero en realidad no saben nada?
Esto tiene que ver con el síndrome del impostor. Es el efecto Dunning-Kruger. Y es que a menudo la incompetencia va acompañada de demasiada confianza en uno mismo.
Ya lo dice el refrán, la ignorancia es muy atrevida. Esto que muchas
personas habrán experimentado en su día a día, lo investigaron los psicólogos
sociales David Dunning y Justin Kruger en un estudio que se publicó en 1999,
que se titulaba (traducido del inglés) ”incompetentes y sin ser conscientes de
ello: como las dificultades en reconocer la propia incompetencia lleva
autoevaluaciones infladas”[1].
En este estudio que en realidad fueron cuatro sub-estudios, los investigadores encontraron que los participantes que peor lo hacían en test de humor, gramática y lógica tendían a sobreestimar y por mucho qué tal lo habían hecho. Los investigadores sugirieron en este artículo que este fallo a la hora de evaluar las propias competencias podía tener que ver con una menor habilidad metacognitiva, que es precisamente lo que nos permite darnos cuenta de nuestras propias creencias, actitudes, experiencias o en este caso habilidades.
Si lo pensamos, es bastante lógico para darme cuenta de que lo que estamos haciendo es más que una prueba de gramática, se tiene que ser consciente de esas reglas gramaticales, pero si fuera consciente de esas reglas gramaticales lo haría mejor de lo que lo estoy haciendo.
Por lo tanto, esa habilidad que permitiría hacer mejor ese test es también la misma que hace que nos demos cuenta de lo mal que lo estamos haciendo, pero esto no es algo fijo que no se pueda cambiar o que sólo le pase a algunas personas.
Los investigadores vieron que a medida que los participantes mejoraban sus habilidades, las personas eran también más conscientes de cómo lo hacían y reconocían sus propias limitaciones.
En las gráficas del estudio se puede observar que las personas que lo
hacen muy mal piensan que lo hacen mejor (se auto valoran mas) que las personas
expertas.
Esta gráfica que vemos se refiere a la prueba del humor. Se les pedía
a los participantes que contaran un chiste y luego se auto calificaron como
bueno o malo. La línea roja indicaría la puntuación de esta autovaloración. Por
otro lado, se les pedía a un grupo de cómicos profesionales, que evaluaran
dicha actuación. (línea azul).
Vemos que los participantes que peor lo hacían (Nivel 1), son los que tienen más distancia entre lo mal que lo hacen a lo bien que creen que lo están haciendo. En el siguiente nivel vemos que esa distancia es un poco menor, en el siguiente todavía un poco menor, o sea que son más realistas, pero es que cuando llegamos a los que mejor habían sido evaluado por los criticos en cuanto chistes graciosos, ellos creen que comparado con el resto de participantes no lo han hecho tan bien. Seguramente porque les haya parecido bastante fácil la tarea y piensan que el resto pues lo habrá hecho parecido o mejor.
Los resultados de las otras pruebas, gramática, lógica, dieron
resultados muy parecidos.
“…los que peor lo hacen justamente son los que están más confiados
respecto a sus habilidades reales…” y de
nuevo, “…los que mejor lo hacen, tienden a infravalorarse un poco...”
Estos estudios también tienen que ver con el síndrome del
impostor, porque “…cuantas más capacidades tenemos, más tendemos a
infravalorarnos, aunque sepamos que no somos lo peor de lo peor, pero no nos
damos cuenta realmente de nuestras capacidades...”.
Esto es algo que nos ocurre a todos. Por supuesto en algunos casos es
más exagerado, pero a todos nos pasa. Y esto es algo de lo que el propio David
Dunning, uno de los dos autores de este artículo, explicó en una entrevista que
le hicieron donde él explicaba que es parte de nuestra condición humana el no
ser conscientes de nuestra propia ignorancia.
Dunning en esa entrevista decía que la primera regla del club de
Dunning-Kruger es “que no sabes que eres miembro del
club de Dunning-Kruger”. El segundo malentendido que explica Dunning en
esta entrevista, es que se ha pasado a la cultura popular. Ya es muy común ver
en nuestra sociedad a personas que en una determinada tarea suelen sobreestimar
sus capacidades, sobre todo los principiantes tienen demasiada confianza en sí
mismos.
Otro estudio más reciente de
David Dunning junto a Carmen Sánchez,
concluyo que “…los participantes que eran
principiantes, inicialmente se mostraban humildes y nada confiados, pero en
cuanto aprendían un poquito mejor como iba la tarea y cogían un poco de
experiencia, ya sentían esa confianza desmesurada comparado con sus habilidades
reales…”
Los autores explican que un poco de conocimiento puede ser peligroso
porque da esa falsa sensación de seguridad en las habilidades o el conocimiento
de uno mismo y esto es algo que hemos visto todos. Cuando alguien no sabe
absolutamente nada de algo, pues bueno se suele mostrar cauto normalmente, pero
en cuanto leen un par de cosas, por ejemplo, de nutrición, o de economía o de
neurociencia, o de astrología, ya es más fácil
que se atreva a expresar su opinión con mucha confianza, como si supiera mucho.
Ya cree que sabe cómo funciona todo, porque a lo mejor ha leído más que otra
persona que no ha leído nada y eso pues le da esa confianza.
Como nuestro tema es de Astrología, nos preguntamos como podemos
observar estos efectos en una carta natal y cuando se activan con mas rudeza en
los relojes del tiempo.
En la grafica siguiente, se muestra alguna de las características de
las casas natales relacionadas con el tema en cuestión.
La vida es todo un proceso de evolución. A mi
manera de ver, el proceso descrito en este trabajo esta relacionado con el
equilibrio entre la casas opuestas, es decir por ejemplo, lo primero que
estudio en la escuela, los primeros conocimientos que adquirimos vs a los
conocimientos y estudios posteriores de profundización de esas ideas (Casa III
vs Casa IX), o la valoración que tengo de mi mismo relacionado con lo que deseo
ser en realidad (casa II vs Casa VIII), o mis creencias de lo que soy comparado
con lo que quiero ser (casa IV vs casa X), y así sucesivamente.
La relación de aspectos entre los regentes de
estas casas opuestas, sus estados cósmicos y la influencia de los planetas
presentes, pudieran ser significativos a la hora de analizar este efecto en las
personas.
Por otro lado están los momentos en que se activan
estas características. Son los relojes de la prognosis, los que nos pueden dar
mas señales. Por ejemplo las progresiones secundarias, nos hablan del proceso
de evolución, las direcciones primarias y los atacires, nos indican la
capacidad que ya he adquirido para que ocurran determinado tipo de eventos,
mientras que los tránsitos y las revoluciones planetarios, nos indican las energías
del exterior que activan estas condiciones.
Veamos un ejemplo:
A mediados del año 1996, liderizaba un proyecto
vinculado con la modernización de la industria petrolera en Venezuela, ese
proyecto interconectaba todas las plantas internas de la refineria que mas
tarde seria en su momento, la mas grande del mundo.
Yo me creía la máxima estrella del firmamento, y llegue a comentar, entre colegas, lo indispensable que podía ser en este mundo profesional. Años mas tarde, el el 2000, después de un episodio vinculado a la salud por un lado y por otro por diferencias políticas con los nuevos jefes, fui marginado de todo tipo de actividad profesional en esa área.
“De creerme que era el mejor, a pensar, que no hice bien en ese proceso de evolución, que me llevo a una situación de auto evaluación y reorientación mas consciente de mi vida”
Analicemos
en eje III/IX. La casa III en Cáncer con participación de Leo, sin planetas
presentes. La Luna y el Sol, como regente y corregente respectivamente, están en
mal estado cósmico (exilio ambos), mientras que la casa IX, en Capricornio con participación
de Acuario, su regente Saturno es uno de los mejores planetas de la carta al
estar exaltado.
Esta condición pudiera estarnos indicando que esta persona, para poder resurgir, necesita constantemente activar su casa IX, la de la profundización de lo que ha aprendido utilizando la energía Saturnina, en este caso desde Libra en casa V. Para evolucionar, tiene que estar continuamente creando y generando ideas.
Para la época de mediados de 1996, la Luna progresada estaba en semicuadratura con Saturno natal, desde la casa IV. Esta Luna en términos generales indica en la progresión secundaria, los estados de ánimo, existía una distorsión entre lo que se creía ser (casa IV) con lo que realmente se era (Saturno).
En el caso de las energías externas que influían en
el momento (tránsitos), se observa que Saturno estaba en oposición a su ubicación
natal formando una “T” cuadrada con la Luna natal haciendo que las energías del
momento actuaran en forma tensa en esos momentos distorsionando la realidad del
conocimiento. Ese Saturno por transito estaba en la casa XI, la de los premios
y reconocimientos. La persona podía sentirse menos preciado y por eso la
actitud de proyectarse como una gran figura cuando no lo era. A esto se le suma
la conjunción de Urano al Sol proveniente de la casa II, la autovaloración.
Igualmente, para inicios del 2000, en el momento
que fue apartado de sus responsabilidades laborales, en los atacires del 60
vinculado a los eventos sociales, se observa una “T” cuadrada de nuevo entre
Saturno/Sol(n)/Luna, donde también participa Marte, planeta de la casa VI que
se vincula al trabajo y la salud. Es decir, que vista la carta natal, como el
plan divino que hemos venido a trabajar para evolucionar, en ese momento se
estaba preparado para ser despedido. Ese evento ya visto 24 años después, si
bien en esa oportunidad fue traumático, hoy debo reconocer que fue el punto de inflexión
de mi vida y que me ha llevado a lo que felizmente soy hoy.
Hoy, los atacires relacionados con la casa IX
(9*12=108), nos indican que el atacir del ascendente esta en la casa IX y el
del Medio Cielo esta sobre Saturno, en cierta forma asumiendo mas una
responsabilidad desde el conocimiento que desde el aprendizaje.
Aquí se puede entrar en una paradoja, si pienso
que hoy soy mas sabio, puedo estar cayendo en el principio. Por lo tanto “Solo
se que no se nada”.
[1] Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one's own
incompetence lead to inflated self-assessments. (apa.org) (https://psycnet.apa.org/)
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