Introducción y contexto
En
muchas oportunidades, como astrólogos nos conseguimos a personas, generalmente
religiosas que nos miran como brujos o herejes. Por otro lado, tenemos a
personas que, guiados por un pensamiento fijo, no toleran la opinión de otros.
Por
ejemplo, el caso de sacerdotes católicos que en sus enseñanzas religiosas solo
ven como camino el cristianismo tildando a otras religiones como falsas. Lo
mismo pasa con cabalistas que piensan que solo la cábala nos lleva a
evolucionar mas rápidamente, solo las letras hebreas nos llevan a la
transformación por su alto grado de vibración.
Pienso
dentro de mi ignorancia, que estas personas se sitúan en una sola verdad,
cuando en realidad existen muchas otras dimensiones veraces.
En
este sentido, encontré un artículo del maestro cabalístico Mario Saban que nos
habla de dogmatismo. Evidentemente, lo relaciona con los términos judíos, pero
tiene mucha universalidad en el planteamiento.
La tendencia al dogmatismo
Es
preferible declarar nuestra ignorancia de las interconexiones reales de las
diferentes energías, que explicar la totalidad a través de una variable
exclusiva, como si dicha variable fuera el fundamento total y único de todo el
sistema.
El
problema es que todo sujeto empatiza automáticamente con la situación espacio-temporal;
y esto provoca que, sin una intención deliberada, toda situación fija subjetiva
se convierte en un dogma
Hemos
pasado del dogmatismo pagano al dogmatismo monoteísta, y del dogmatismo
medieval al dogmatismo ilustrado, y del dogmatismo tecnológico al dogmatismo
psicológico. En realidad, vamos cambiando los nombres, pero en el fondo se
mantiene la misma actitud dogmática, porque toda conceptualización dogmática
aparece cuando la psiquis del sujeto se sitúa fijamente en un punto determinado
de la realidad espacio temporal.
¿En
qué cambia un psicólogo encerrado en su escuela de pensamiento, de un religioso
ortodoxo encerrado en su sistema? Los dos parecen que piensan (y en verdad
piensan y mucho), pero el problema es que otorga validez a sus ideas dentro de
un sistema cerrado autorreferencial.
El misticismo
judío aplicado a la psicología debe destruir todo dogmatismo, porque el
dogmatismo es la visión cerrada, consecuencia inevitable de posicionarse de
modo estático desde alguna de las dimensiones como si fuera la dimensión
elegida el único fundamento de toda realidad.
La
diferencia objetiva de estos 10 dominios explicativos diferentes (Sefirot) en
la que produjo la primera fragmentación dentro de la realidad antes de la
aparición de las fragmentaciones subjetivas de la psique.
Esta
fragmentación se produjo según los grandes cabalistas dentro del propio Ein Sof,
creando el universo de Atzilut (La emanación). En la información interior de Ein
Sof existía en potencia la posterior realización material de las diez
manifestaciones. En realidad, las diez dimensiones no se manifiestan en Atzilut,
sino en el universo de Briá porque, para que puedan ser manifestadas se
necesita que las variables del tiempo y el espacio es decir sí necesita la
aparición del vacío. El vacío es la causa de la aparición del tiempo y el
espacio o dicho de modo inverso, al reducir el modo finito los niveles de
energía aparecen el tiempo y el espacio. En realidad, para crear el vacío, el
espacio aparece primero, ya que el vacío es un espacio vacío, y de acuerdo con
la velocidad del movimiento dentro de dicho vacío se crea la variable tiempo.
Por ese motivo la relación primigenia es Kether-Maljut, porque es la relación
que causa la aparición del espacio y tras la tensión entre Jojmá-Biná se
produce el nacimiento del factor tiempo. Y como las velocidades dentro del
espacio vacío son diferentes, entonces se crean las diferentes realidades
objetivas dimensionales que dominaremos como Sefirot. En realidad, existen
millones de grados dentro de estas realidades objetivas de acuerdo con las
diferentes relaciones existentes dentro del vacío del espacio tiempo.
Si el
Daat (el conocimiento) es la interconexión de las dimensiones, debemos entonces
percibir la realidad tomando en consideración tres puntos fundamentales:
1.- Existen
10 realidades objetivas diferentes, producto de la primera gran fragmentación
de la manifestación del Ein Sof dentro del vacío. Esto produjo la aparición de
verdades válidas en cada nivel, e inválidas si son aplicadas en niveles
diferentes
2.- Existe
una psique subjetiva que siempre opera (por su propia tendencia de acuerdo con
la raíz de su alma) desde una Séfiras particular, lo que hace que tengamos dos
variables que distorsionan la comprensión de la realidad en el campo de la
fragmentación: por una parte, la división objetiva del primer punto y por otra
la fragmentación subjetiva del fragmento finito de nuestra posición
3.- Y
existe un estado objetivo real de unidad detrás de toda realidad fragmentada (Alef)
qué es lo que realmente se oculta, y que puede ser extraído a pesar del
problema que provoca las dos fragmentaciones anteriores
Si
toda fragmentación subjetiva eleva exponencialmente el estado paradojal de
nuestra existencia, entonces la coordinación de los argumentos en el marco de
una dimensión en particular puede lograr como resultado conclusiones válidas en
dicho nivel. Y si somos conscientes de estas “vestimentas” que se ocultan la
verdadera realidad del Ein Sof, entonces podemos comprender mejor nuestra
situación. Nuestra situación subjetiva finita provoca una aguda distorsión de
la realidad objetiva.
Si
una segunda etapa conciliamos la fragmentación objetiva de las Sefirot
comprendiendo el estado de simultaneidad dimensional donde operan todas las
dimensiones y donde cada una de las Sefirot requiere un tipo de energía en
particular, entonces logramos la armonía interior necesaria para alcanzar el
tercer estadio al que debemos intentar acceder qué es el de la paz interior al
adquirir la conciencia de nuestra situación divina interna. En este último
nivel es donde logramos la experiencia de la trascendencia
Fuente:
La Cábala psicología del misticismo judío. Mario Javier Sabán.